Valorar una empresa es un proceso crucial para los inversores, holding empresariales, empresarios y compradores potenciales. Existen diversas metodologías y enfoques para llevar a cabo esta tarea, sin embargo, todas buscan el mismo objetivo: determinar el valor en el mercado.
El valor de una empresa puede verse influenciado por factores como la rentabilidad, el crecimiento, la posición competitiva y la calidad de los activos.
Es importante comprender los diferentes métodos que existen para hacerlo, que dependerán de muchos factores, entre ellos las características de tu modelo de negocio. Esto les permitirá tomar decisiones informadas y precisas que podrían tener un impacto significativo en su futuro financiero.
¿Por qué debes hacer la valoración de una empresa?
La valoración de una empresa es esencial para una amplia gama de situaciones financieras. Por ejemplo, para:
- Un comprador que busca adquirir una compañía.
- Un inversor que quiere tomar una decisión de inversión informada, como hacemos en Vannilo Holding.
- Un empresario que busca entender el valor de su propio negocio.
Además, una valoración precisa puede ayudar a los dueños a determinar el precio de venta adecuado y a negociar con los compradores de manera efectiva. También sirve para ayudar a los inversores a tomar decisiones más informadas en cuanto a dónde invertir y en qué medida.
¿Conoces la diferencia entre precio y valor?
- El precio de un bien o servicio se refiere a la cuantía monetaria que se debe pagar para adquirirlo en el mercado.
- El valor es una medida subjetiva que se refiere a la utilidad o satisfacción que una persona obtiene del bien o servicio en cuestión. Puede variar de una persona a otra en función de sus necesidades, preferencias y circunstancias individuales.
Si un bien tiene un alto precio en el mercado, pero si no satisface las necesidades o preferencias de una persona, su valor para esa persona puede ser bajo.
5 formas de valorar una empresa
Existen varias formas de valorar una empresa, y cada una de ellas puede proporcionar diferentes perspectivas y resultados. Es importante comprender estas metodologías y sus enfoques para tomar decisiones informadas y precisas.
A continuación, se presentarán las cinco formas principales de valorar una compañía:
El valor contable
Es uno de los enfoques más simples y tradicionales. Este elemento se basa en la contabilidad y en los estados financieros de la empresa para determinar su valor. El valor contable se calcula al restar los pasivos de sus activos.
Aunque puede ser una herramienta útil para entender la situación financiera de una empresa, no es el enfoque más adecuado para valorar una compañía en su conjunto. El valor contable no tiene en cuenta factores como la rentabilidad futura, el crecimiento y la posición competitiva, que pueden ser fundamentales para determinar su verdadero valor.
El valor de liquidación
Este enfoque se basa en el supuesto de que la empresa se venderá en su totalidad o liquidará sus activos a corto plazo. El valor de liquidación se determina al restar los pasivos del valor de los activos que se espera que se vendan en un plazo corto.
Este elemento puede ser útil para valorar compañías que tienen problemas financieros o que se espera que se liquiden en el corto plazo. Sin embargo, no es el enfoque más adecuado para valorar negocios que se espera que continúen operativos en el futuro. No tiene en cuenta factores como la rentabilidad futura y el potencial de crecimiento.
El múltiplo de las ventas
Este es uno de los métodos más comunes. Se trata en el que un supuesto valor de una empresa puede ser determinado en función de sus ingresos. El múltiplo de ventas es el resultado de dividir el valor de mercado por sus ingresos anuales.
El múltiplo de ventas se utiliza comúnmente en negocios que tienen una presencia fuerte en el mercado y una trayectoria de crecimiento constante en sus ventas. Además, es útil cuando no hay una rentabilidad constante o que tienen flujos de caja volátiles.
No es adecuado para todas las compañías y puede tener limitaciones en contextos de flujos de caja estables o rentabilidad constante.
El valor de los beneficios
El enfoque del valor de los beneficios de una compañía está relacionado en el supuesto de que el valor de una empresa se puede determinar a partir de sus beneficios netos futuros. Este métido es uno de los más utilizados por los inversores y analistas financieros.
Para calcularlo, se utilizan técnicas de flujo de efectivo descontado. Esto implica estimar los flujos de efectivo futuros que se espera que la empresa genere y después descontarlos al valor presente utilizando una tasa de descuento apropiada. Estos se estiman en función de la rentabilidad histórica y el potencial de crecimiento futuro.
Este valor es particularmente útil para negocios con flujos de efectivo estables y previsibles. Además, es importante para quienes están considerando realizar grandes inversiones de capital o adquisiciones.
El valor de los dividendos
Se basa en el supuesto de que el valor de una empresa puede ser determinado en función de los dividendos que se espera que pague a sus accionistas. Este enfoque es utilizado normalmente por los inversores que buscan ingresos estables a largo plazo de sus inversiones.
Este modelo implica estimar los flujos de efectivo futuros y después aplicar una tasa de crecimiento de dividendos para estimar los dividendos futuros. Asimismo, se descuentan los dividendos futuros al valor presente utilizando una tasa de descuento apropiada.
Este enfoque sirve para negocios que tienen una historia estable y previsible de dividendos y que se espera que continúen pagando dividendos a largo plazo.
¿Qué método es mejor?
No hay un método «mejor» para valorar una empresa. El enfoque adecuado dependerá de las circunstancias y características específicas de la compañía en cuestión. Cada valor tiene sus ventajas y desventajas y es importante evaluar cuidadosamente cada uno antes de tomar una decisión de inversión o estratégica.
En general, se recomienda utilizar varios enfoques de valoración para llegar a una estimación más precisa del valor de la empresa. Al utilizar varios métodos, se pueden evaluar diferentes aspectos, como su rentabilidad, crecimiento, activos y pasivos, posición competitiva y potencial de crecimiento futuro.