Antes de crear un negocio es importante conocer qué opciones jurídicas existen, estudiar sus características y determinar qué figura se ajusta mejor a las necesidades propias. A continuación se aclaran todos los detalles sobre los dos tipos de formas jurídicas más comunes en España, los autónomos y las sociedades limitadas, así como sus principales características.
Diferencias entre un autónomo y una SL
Para darse de alta de autónomo o constituir una sociedad limitada es importante valorar las responsabilidades y los beneficios. Una de las principales cuestiones a tener en cuenta es el tipo de tributación:
- Una sociedad limitada suele tributar un tipo fijo del 25%. No obstante, algunas se acogen al artículo 29.1 de la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, que aplica únicamente el tipo reducido del 15%.
- Por su parte, un empresario ordinario va a tributar por su régimen de autónomo en función de sus beneficios. El tipo de tributación varía entre 15% y 45%.
Otra de las cuestiones que todo nuevo empresario particular debe tener en cuenta es la responsabilidad:
- Un empresario particular responderá frente a terceros y cualquier deuda con todo su patrimonio presente y futuro.
- Una sociedad de responsabilidad limitada se limita al capital aportado. Por tanto, en caso de deuda, no se responde con el patrimonio personal de las personas asociadas, sino con el capital de la empresa.
Por lo general, la figura del empresario autónomo es perfecta para aquellos negocios individuales que están empezando. El autónomo no presenta tantos formalismos o trámites como una sociedad, por lo tanto, es más barato. Una vez el empresario se haya consolidado en un sector determinado, puede optar por cambiar su perfil tributario a la forma de sociedad que más le interese.
En el caso de que exista más de un individuo implicado en el negocio, puede ser más interesante optar por la creación de una sociedad. Cuando se crea una sociedad con más de un individuo implicado, se especifican los tipos de participación, las funciones de cada socio, la aportación de capital y la distribución de los beneficios.
Por lo tanto, se puede decir que la sociedad limitada es una manera adecuada de proteger los intereses de cada persona implicada. Sin embargo, hay que tener en cuenta el capital inicial y los beneficios que se vayan a tener, ya que quizás sería más recomendable optar por una comunidad de bienes, otra forma jurídica más sencilla.
Ventajas e inconvenientes de ser autónomo
- No es necesario aportar capital inicial, los trámites son más sencillos y baratos. El pago trimestral y anual de los impuestos es más fácil de ejecutar, así como la contabilidad.
- Si todavía el negocio no ha crecido, por tanto, no hay demasiados clientes, ni ingresos, ni trabajadores, el autónomo es la mejor opción.
- El principal inconveniente es que el autónomo responde con su propio patrimonio ante las deudas. Uno de los principales motivos para contratar un seguro de responsabilidad civil.
Ventajas e inconvenientes de formar una SL
- Responsabilidad limitada: cuando se consiguen más beneficios se paga una cuota fija de impuestos.
- Inconveniente, tanto la creación como la gestión de una SL es cara y compleja.
Qué tener en cuenta para elegir
En resumen, se deben tener en cuenta los siguientes criterios a la hora de elegir entre autónomo o SL:
Responsabilidad
El autónomo o empresario individual responde a las deudas de su actividad empresarial con su propio patrimonio personal. Por tanto, tiene una responsabilidad ilimitada. En cambio, la SL se limita a responder ante las deudas con el patrimonio de la sociedad. Salvo raras excepciones nunca responde con el patrimonio personal de los administradores o socios.
Constitución de la empresa
Por lo general, los costes de crear una sociedad suelen ser mayores a los de darse de alta como autónomo. Al mismo tiempo, los trámites de constituir una sociedad, solicitud de CIF, alta IAE, etc., pueden llevar entre 5 y 15 días hábiles. Por tanto, constituir una sociedad es más difícil que darse de alta como autónomo.
Gestión general
El coste de gestión general suele ser más bajo en el caso de los autónomos que en el de las SL. Este hecho se debe a su contabilidad, ya que es más sencilla de ejecutar. Además, desde el 1 de enero de 2019, se aplica una tarifa plana, durante el primer año de autónomo que queda en 60 euros mensuales los 12 primeros meses y en el segundo año se pueden disfrutar del 50 y 30%.
Los autónomos societarios también pueden solicitar una tarifa plana. La cuota de tarifa plana del autónomo societario ronda los 85 euros durante el primer año.
Impuestos y Fiscalidad
La sociedad limitada tributa por el Impuesto sobre sociedad a un tipo del 25%. Sin embargo, existe una importante excepción para emprendedores de nueva creación. El Real Decreto Ley 4/2013 aprobó una serie de condicionantes e incentivos para fomentar la actividad emprendedora:
- Un impuesto de sobre sociedades al tipo reducido del 15% aplicable durante los dos primeros años de creación de la SL. Para bases imponibles de hasta 300.000 euros. El exceso al 20%.
- Una excepción en el IRPF del pago único.
Por tanto, se puede decir que una sociedad limitada paga menores impuestos que un autónomo, siempre y cuando, tenga grandes beneficios.
Acceso a Financiación
Las SL tienen mayor facilidad para acceder a financiación bancaria, ya que las cuentas de estas formaciones empresariales son más transparentes y precisas. El hecho de formar parte de una SL siempre da mayor confianza económica. Aunque, en ambos casos para acceder a un crédito es fundamental el apoyo de un aval o garantía financiera.
Imagen corporativa
Las SL ofrecen una imagen más profesional de la actividad empresarial, suelen ser empresas más grandes y solventes, por lo tanto, a nivel comercial tienen más opciones de crecer.
Cuándo cambiar de autónomo a SL
Siempre resulta más sencillo comenzar una actividad empresarial desde el lado del autónomo. Los trámites son más simples y menos costosos. Sin embargo, si la actividad es propensa y el negocio comienza a ser rentable, se puede plantear la idea de forma jurídica. Hay que tener en cuenta 5 aspectos para observar si puede ser rentable convertir a una sociedad limitada:
- Superar los 40.000€ de rendimiento anual.
- Relaciones con colaboradores habituales fijas.
- Se elimina la responsabilidad personal del autónomo, el individuo evita preocupaciones personales.
- Facilidad para trabajar con grandes empresas. Generar confianza en el sector.
- Mayor agilidad y menos obstáculos para obtener créditos y financiación.
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