El activo financiero corriente es aquel que una empresa utiliza en su día a día y forma parte de su actividad. Es importante diferenciarlo del activo financiero no corriente, que son activos financieros a largo plazo. También es importante tener estrategias y recursos para controlarlo y mantener un fondo de maniobra positivo. Los activos financieros pueden depreciarse y sufrir pérdidas de valor, y existen formas contables para contabilizar estas pérdidas.
¿Qué es el activo financiero corriente?
El activo financiero corriente es una categoría de recursos que posee una empresa y que se utiliza en su actividad diaria. Estos recursos son parte fundamental del ciclo de explotación normal de la compañía y se espera que se realicen en un plazo inferior a los doce meses, es decir, a corto plazo.
Definición de activo financiero corriente
El activo corriente hace referencia a aquellos bienes y derechos que son parte activa de la empresa y que se espera que se conviertan en efectivo en un plazo corto. Estos activos son fundamentales para mantener la continuidad y operatividad de la empresa en su día a día.
Ejemplos de activos financieros corrientes
- Derechos de cobro: Son los derechos que la empresa tiene sobre las cuentas por cobrar a sus clientes. Estos derechos representan ingresos futuros que se espera recibir a corto plazo.
- Cuentas por cobrar: Representan los importes adeudados por los clientes a la empresa por la compra de bienes o servicios a crédito. Estos importes son parte de los activos corrientes hasta que se reciban los pagos correspondientes.
- Existencias de mercancías: Son los productos o bienes que la empresa tiene en su inventario y que están destinados a la venta. Estas existencias representan un activo que se espera convertir en efectivo a corto plazo.
- Maquinaria y vehículos: Son los activos utilizados en la actividad comercial de la empresa, como maquinaria de producción o vehículos de transporte. Estos activos son esenciales para la realización de las operaciones diarias y forman parte del activo corriente de la compañía.
Cálculo del activo financiero corriente
El cálculo del activo corriente es fundamental para la gestión financiera de una empresa, ya que nos permite conocer la cantidad de recursos disponibles en el corto plazo. A continuación, veremos la fórmula para calcular el activo corriente y la importancia de realizar este cálculo de manera adecuada.
Fórmula para calcular el activo financiero corriente
La fórmula para calcular el activo corriente es la siguiente:
- Activo Corriente = Activo Corriente Disponible + Activo Corriente Exigible + Activo Corriente Realizable + Activo Corriente Diferido
El activo corriente se compone de diferentes componentes que reflejan los recursos disponibles en el corto plazo y su clasificación nos permite tener una visión más clara de la liquidez de la empresa.
Importancia del cálculo del activo financiero corriente
El cálculo del activo corriente es esencial para la planificación financiera de una empresa. Permite evaluar la capacidad de la organización para afrontar sus obligaciones a corto plazo y determinar si cuenta con los recursos necesarios para cubrir sus deudas y gastos en el tiempo estipulado.
Además, el cálculo del activo corriente es una herramienta clave para la toma de decisiones financieras, como por ejemplo la planificación de inversiones o la evaluación de la necesidad de financiamiento externo. También es utilizado por los inversores y analistas para evaluar la salud financiera de una empresa y su capacidad para generar flujos de efectivo.
Importancia de la gestión del activo financiero corriente
La gestión eficiente del activo corriente es esencial para la salud financiera de una empresa. Implica el control y la optimización de los recursos relacionados con el ciclo de explotación normal de la compañía.
Gestión eficiente del activo financiero corriente
Una gestión eficiente del activo corriente implica la capacidad de anticiparse a las necesidades de la empresa y garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios en el momento adecuado. Esto incluye la gestión de los derechos de cobro, cuentas por cobrar, maquinaria y vehículos utilizados en la actividad diaria de la organización.
La gestión adecuada del activo corriente ayuda a evitar problemas de liquidez y a mantener un flujo de efectivo constante. Además, permite controlar y minimizar los riesgos asociados a la falta de fondos para afrontar los compromisos financieros de la empresa.
Recursos y estrategias para controlar el activo financiero corriente
Para controlar el activo corriente, es necesario contar con recursos y estrategias adecuadas. Algunas medidas que se pueden implementar incluyen:
- Establecer políticas de crédito y cobro eficientes: es fundamental establecer términos y condiciones claras para los clientes, y llevar un control riguroso de los pagos pendientes.
- Gestionar de manera eficiente los inventarios: mantener un equilibrio entre la cantidad de productos almacenados y la demanda real del mercado, evitando así excesos o faltantes.
- Optimizar el ciclo de producción: reducir los tiempos de producción y distribución, lo que permitirá una mayor rotación de los activos y una mejora en la liquidez de la empresa.
- Implementar herramientas de control y seguimiento: el uso de sistemas de información y software especializados facilita la gestión y control del activo corriente, permitiendo una toma de decisiones más precisa y eficiente.